Acércate

Me he enterado de que los blogs están muertos, de que ya nadie los lee, de que Facebook, Twitter, Instagram, Pinterest y otras redes sociales pasadas, presentes y futuras se los han llevado por delante. Así que ¿por qué abro yo, en este preciso momento, un blog? Ya me gustaría saberlo.

Mi abuela me dijo, de niño, lo veía venir, que llegaría tarde a mi propio entierro. Y desde entonces intento que ese momento no llegue. Pero es cierto que a mi primera cita llegué tan tarde que la chica que pretendía acompañar a una fiesta ya se había ido. Cuando por fin me presenté, sudoroso y respirando agitadamente, ella ya estaba bailando con otro.

En ese artículo del enlace, que no voy a traducir, dice que los blogs se han quedado para cuarentones con niños. No es mi caso: mis hijos, más que niños, ya deberían haber superado la adolescencia, lo que, me temo, no ocurrirá jamás. Y tampoco -¡desgracia!- soy un cuarentón: debo de tener la edad en la que las personas pierden la capacidad de relacionarse con tecnologías emergentes.

http://www.niemanlab.org/2013/12/the-blog-is-dead/

Pero, insisto, abro este blog. ¿Por qué?

Primero, porque la realidad es algo más que una cadena de archivos en diferentes formatos o lenguajes.

Y luego, porque nunca supe hacer lo que debía, no por llevar la contraria, ni por ácrata, ni por engreído, ni por ser especialmente creativo, ya me gustaría cualquiera de estas razones, sino porque nunca supe qué era lo que debía hacer. Un  amigo me explicó, hace ya mucho, cuál era mi problema, y como creo que tenía razón disculparéis que no lo cuente aquí.

Pero también porque cada vez que abro la ventana o el periódico, enciendo la radio o la televisión, leo lo que han colgado mis amigos en su muro, o salgo a buscarlos a la calle…, o a los bares, me pregunto si los ingenuos hemos sido nosotros por creernos el futuro que nos dibujaban, o si ésos que lo predicaban lo han sido más aún y fueron ellos los primeros en creérselo…

Y, encima, no está permitido quejarse, está mal visto, no es positivo.

Así que por todas estas razones, y alguna más, ahora que los blogs ya no se llevan y las webs sólo se utilizan para entrar a los portales de porno, ahora, voy a llevar la contraria, por esta vez.

¡Ah!, y pronto añadiré otro año más a los muchos y hermosísimos que ya llevo por aquí. Tal vez sea por eso.

Pero, sobre todo: porque los atardeceres que hemos visto han sido tan memorables como las mañanas que amanecimos bailando. Y alguien lo tiene que saber.

Me da igual que se haya ido la orquesta.